Tú, oh Rey de gloria infinita, eres mi pastor, En ti tengo todo lo que necesito: Tú me permites estar en paz, Me conduces en la tranquilidad, Tú restableces mi alma. Sí, aunque me enfrente a todas las dificultades posibles nunca tendré miedo, porque Tú estás conmigo a través en todas ellas. Tu poder y autoridad me reconfortan. Preparas un banquete ante mí Frente a todas mis opresiones. Unges mi cabeza con aceite,